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Para vivir al estilo zen no hace falta retirarse del mundo ni emprender un complejo aprendizaje. Hábitos tan sencillos como dejar los zapatos bien alineados cada vez que te los quitas, unir las manos cuando te embarga la ira o la inquietud, crear un pequeño jardín en el balcón u ordenar el escritorio al concluir la jornada provocan grandes cambios en la mente y el corazón. El venerado maestro zen Shunmyo Masuno propone un camino en cien lecciones —una por día— para potenciar la presencia, fomentar el valor, reducir la preocupación y sacar el máximo partido a la vida. Porque el zen no se aprende en los libros sino que se vive día a día, esta deliciosa guía ilustrada te aportará la paz y la felicidad que creías reservadas a los monjes budistas.