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«China es un león durmiente. Cuando despierte, el mundo se echará a temblar.» Estas palabras, atribuidas a Napoleón, se citan con frecuencia en la actualidad, normalmente junto con la observación de que el león ya ha abierto los ojos.? Los líderes chinos prometen que el despertar de su país será «pacífico, apacible y civilizado», pero, aun así, este hecho provoca agitación; pues la profecía napoleónica parece estar haciéndose ya realidad. Sin embargo, el emperador francés realizó esa predicción en 1816. Entonces, ¿por qué ha tardado tanto el león en despertar? Es más: ¿por qué estaba dormido? En su día, China fue el país más rico, tecnológicamente avanzado y poderoso del mundo. ¿Cómo perdió su ventaja ante las advenedizas naciones de Europa occidental? O, dicho de otro modo, ¿cómo unos estados europeos, antaño marginales, consiguieron poder y preeminencia globales de 1500 en adelante?. Estas cuestiones resultan clave en la historia universal y en los últimos años han generado una oleada de respuestas y muchos debates. Casi toda esa bibliografía se centra en el aspecto económico. Así que ahora conocemos mucho más acerca de los niveles salariales chinos y europeos, sus tasas de fertilidad y su productividad agrícola, pero seguimos sabiendo bastante poco sobre aquello de lo que hablaba en realidad Napoleón: la guerra. El emperador hizo su famosa predicción en respuesta a una pregunta de su cirujano irlandés, que no sabía si era buena idea que los británicos atacaran China. No, respondió el líder, porque los chinos, una vez que se alzaran, «contratarían artificieros y constructores navales de Francia, América e incluso Londres; crearían una flota y, con el tiempo, os derrotaríanu. Al final, los británicos atacaron China, y esta firmó acuerdos con artificieros y asesores.