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Esta es una invitación a vivir la espiritualidad como una alegría sublime que cualquier humano puede experimentar, si así lo desea. La espiritualidad es un camino de alegría, un camino sublime. Es ese espacio que nos permite crecer como personas, nos da la posibilidad de observar nuestra vida y centrarnos en lo verdaderamente importante. Es claro que, sin importar el tipo de práctica religiosa —y aún si no se tiene—, todo ser humano, con mayor o menor frecuencia, se cuestiona acerca del sentido y el propósito de su vida y toma acciones para realizarlo. Es una meta que se sigue un paso a la vez, y que se aprende a gozar en el camino, porque cada tramo lleva a descubrir significados, cuidar nuestro bienestar, cultivar el amor propio, vivir relaciones sanas, cumplir metas y reinventarse cuando sea necesario. En este libro, Alberto Linero nos enseña que las experiencias espirituales son capaces de unir a todas las personas, sean o no creyentes. Esta es una invitación a vivir la espiritualidad como una alegría sublime que cualquier humano puede experimentar, si así lo desea.