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Los versos destemplados de este trazan una huella de continuidad con su abundante producción poética de los últimos años: alimentan esa situación límite del "vivir muriendo" del personaje biográfico, que se desdobla en personaje imaginario para mostrar su simulacro de trascendencia, en un mundo donde la angustia y la mecánica de los actos son vaciados permanentemente por el rito de la muerte.La lúcida conciencia moral del autor acentúa una vez más la ironía sobre sí mismo, al representar con humor, desencanto, desesperación y revolución mortuoria su propia decadencia en un diálogo continuo con la cultura universal que revive desde un pasado histórico congelado. Su poesía hirsuta, concisa, dolorida y cruel, pero también intransigente, insiste una vez más en explorar los pliegues de su propia conciencia, para hacer desde allí una crítica despiadada a nuestra modernidad, cuya mediocridad ha degradado y marginado al ser humano.Diario de Nada trazan una huella de continuidad con su abundante producción poética de los últimos años: alimentan esa situación límite del "vivir muriendo" del personaje biográfico, que se desdobla en personaje imaginario para mostrar su simulacro de trascendencia, en un mundo donde la angustia y la mecánica de los actos son vaciados permanentemente por el rito de la muerte.La lúcida conciencia moral del autor acentúa una vez más la ironía sobre sí mismo, al representar con humor, desencanto, desesperación y revolución mortuoria su propia decadencia en un diálogo continuo con la cultura universal que revive desde un pasado histórico congelado. Su poesía hirsuta, concisa, dolorida y cruel, pero también intransigente, insiste una vez más en explorar los pliegues de su propia conciencia, para hacer desde allí una crítica despiadada a nuestra modernidad, cuya mediocridad ha degradado y marginado al ser humano.La lúcida conciencia moral del autor acentúa una vez más la ironía sobre sí mismo, al representar con humor, desencanto, desesperación y revolución mortuoria su propia decadencia en un diálogo continuo con la cultura universal que revive desde un pasado histórico congelado. Su poesía hirsuta, concisa, dolorida y cruel, pero también intransigente, insiste una vez más en explorar los pliegues de su propia conciencia, para hacer desde allí una crítica despiadada a nuestra modernidad, cuya mediocridad ha degradado y marginado al ser humano.